jueves, 17 de diciembre de 2009

Amigos son los amigos


El 10 de diciembre, una grata sorpresa arribó a mi e-mail: dos amigos de la casa, los doppelgänger Walterio y Camilo Fernández, recibían reconocimientos por sus blogs. Que haya sido en ¡El Blogazo!, el proyecto del Centro Cultural España-Córdoba para premiar a los mejores blogs cordobeses, le da aun más valor: ahora son oficialmente parte central del Pupo del País Petiso, elegidos por pares y colegas que han sabido apreciar sus maravillosas anomalías.

Camilo es autor de 2 Centenas, un blog de historias escritas en 200 palabras. En más de una oportunidad he jugado allí el papel de editor inmisericorde, en público o privado. Con Camilo nos conocemos de niños, cuando ambos vivíamos en El Pueblo Exagerado. Sus padres, Diego y Silvia, eran habitúes de casa. Solíamos veranear en el Aero Club y jugar en el espacio intermedio entre la librería familiar y su casa de dos plantas. Nos perdimos el rastro a poco de pasar la adolescencia. Nos reencontramos en la web, un par de años atrás. Si algo celebro de los reencuentros —que por otras innumerables razones rehúyo— es cuando permiten hallar gente que ha crecido antes que envejecido. La idea de Camilo para de 2 Centenas tenía lo necesario para el reconocimiento de ¡El Blogazo!: originalidad, criterio, consistencia. Felicitaciones.

El segundo autor es Walter Villarreal, a.k.a. Walterio, propietario indiscutido de La Fragilidad de los Retiros. Me temo que la calificación de blog literario, por la que ganó el primer premio de ¡El Blogazo! es reduccionista, cuando no errónea. El trabajo de Walterio, sin necesidad de disciplina histórica, crea una historia incontada del pasado de Alta Gracia, su ciudad. La Fragilidad... es un ejercicio extraño, antes un ensayo fotográfico de memoria crítica que una exposición de recuerdos de funerales y abuelas. La Fragilidad... supera la frialdad del daguerrotipo histórico por el costado humano y a la sociología barata con profundidad literaria.

No conozco personalmente a Walterio, pero sí su blog. Fue, de hecho, el único blog que creí imprescindible mencionar en la presentación de “South Beach” y eso porque lo considero una idea única y deliciosa. Tanto, que, ave rapaz al fin, me siento parte de él pues en alguna medida he compartido su trasiego. La Fragilidad... sirvió para ejercitar mi vocación de francotirador, irregular y aviesa. Las fotografías y grabados de Walterio y sus breves reseñas dispararon ideas que traduje en breves textos o encajaron con otros existentes. Fue por La Fragilidad... que nació el extraño Little Bunny, que siempre puede leerse mejor en el contexto completo de La Fragilidad... Y fue también por los grabados de Walterio que recuperé textos dormidos como Las fantásticas siestas de Huck Finn de Anisacate o Kwai.

Felicitaciones a ambos.