Sergio Gaiteri (Córdoba, 1970) es espuma en alza. No lo conozco sino a través de su libro de relatos, “Certificado de convivencia” (2007). Al libro me lo regaló Carlos Ferreyra, de la cordobesa Editorial Recovecos, que tiene un catálogo preciosista y las ideas bien cosidas. Lo leí con esas pasiones que pocas veces tocan a la puerta. Gaiteri escribe con la piel y huele a barrio cada letra. Hace poco, fue finalista del Premio Clarín de Novela. Ayer, paseando, dí con “Altas cumbres”, un cuento de “El día del padre” (Ediciones del Boulevard, 2005). Gaiteri lo cedió a Nación Apache, un blog colectivo con el que suelo colaborar cuando tengo tiempo y algo por decir. Gaiteri merece más. Sus textos siempre parecen estar a punto de estallar.